10 de febrero de 2014

Cualquier parecido con la realidad, mera coincidencia




Cine

Una mañana cualquiera en el Palacio de la Moncloa.
- Sr. Presidente, en la puerta hay unos señores que desean hablar con Vd.
- ¿Quienes son?, atiendelos si puedes..
- No, no quieren sino hablar con vd; vienen a proponer un negocio beneficioso para ambos.
- Pues vale, hazlos pasar, a ver que quieren.

- Buenos días sr Presidente, soy Pascal Zoncillos, y le presento a mi socio Carmelo Cotón.

- Pues ustedes dirán, que desean.

- Verá usted, Sr. Presidente, queremos montar una empresa de montaje de televisores, y queremos que nos financien desde su gabinete.

- ¿Perdone? no le he entendido, si usted quiere montar una empresa jueguense su dinero.

- Sr. Presidente, tenga cuidado que.. que conocemos a mucha gente, que podemos empezar a hablar mal de ustedes y, luego no queremos responsabilidades eh!!.

- Centremos el tema; díganme que empresa quieren ustedes crear.

- Queremos una empresa de montaje y venta de televisiones en blanco y negro.

- Anda la osa, y ¿en ByN por capricho? jaja, ¿sabeis que hace años hay TV en color?

- Si si, claro que lo se, yo mismo estuve trabajando en Telefunken Alemania, anda que no hacíamos buenos televisores allí, pero es que aquí en España no tenemos la patente para hacer los buenos televisores y tenemos que conformarnos con lo que somos capaces de hacer, que remedio.

- Pero mire usted, esos televisores no los va a comprar nadie, a no ser que los pongan muy baratos de precio..

- Ni mucho menos, el precio será igual que los que vienen de fuera en color, si bajamos el precio depreciamos el género, así que el TV debe costar igual que uno en color.

- Ya veo.. pero.. ¿y si nadie compra sus televisores ?, que creo que es lo que va a pasar.

- Nada, no hay problema, tenemos un almacén para guardarlos, pasados unos meses los entregamos en una ong y que los reparta, así todo el mundo podrá usarlos.

- Pero hombre de Dios, ¿ ese que tipo de negocio es? ¿y como pretenden que el Gbno les de dinero para eso ?, el negocio nunca podrá dar beneficios.

- hombre, beneficios si hay.. nos da trabajo a 14 amiguetes que estamos ya aburridos de estar jugando al dominó por las tardes, se evita que nos pongamos a criticarles, lancemos octavillas o les insultemos, podrán vacilar de financiar a los televisores "hispánicos".. no me diga que no le gusta el nombre, estas cosas dan prestigio, hay que levantar la industria del país.

- ¿Y los que se vendan? con eso devolverán la subvención entiendo.

- No, si ganamos es para nosotros, que para eso apretamos los tornillos.

- !!Ahh!!, ¿ y no tienen ustedes un estudio económico o algo similar para estudiarlo?

- Claro, mírelo, aquí lo tiene..

- Veamos.. pero aquí pone que usted, como gerente va a cobrar 120.000 euros, y un montador 56.000; algo fuera de mercado para fabricar televisiones en byn, ¿no cree?

- No se equivoque, yo puedo trabajar en Alemania, pero como soy muy patriota prefiero hacerlo aquí y darle prestigio a la industria española, pero eso no significa que deba perder dinero, yo pongo precios de mercado, cobro lo que cobraría allí.

- Interesante, osea, yo les doy dinero a fondo perdido, ustedes cobran un pastón, me fabrican algo de calidad inferior a lo que hay en el mercado, me lo venden al mismo precio que productos superiores, no me garantizan que a nadie le interese, y si hay beneficios se los quedan ustedes.. ¿es así?

- Exactamente Sr. Presidente, se ha olvidado comentar que a cambio de ello nosotros calladitos, incluso podemos hacer alguna alusión favorable a su política, no muy alto, pero al menos se libra de molestos enemigos.. además, y no quería llegar a esto, le informo que somos amigos de Wyoming, y no nos gustaría tener que decirle que el Gobierno se opone a financiar un proyecto tan digno.

- Pues mire usted, no se donde, pero  todo esto me suena, no se a quienes hemos dado subvenciones con similares requisitos, tendré que revisar mis notas.. por cierto, la subvención.. ¿ en billetes grandes o pequeños ?.

Ahh..y cualquier parecido con la realidad es mera, simple y puñetera casualidad, que conste.


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