25 de septiembre de 2012

El tonto de la bandera republicana ( A. Burgos)


Magnífico artículo del genial Antonio Burgos donde explica el porqué de esa fiebre por sacar a la calle banderas aconstitucionales.

Cada vez que hablan de tontos, especie hispánica sin riesgo alguno de extinción, echo de menos a Jaime Campmany, autoridad mundial en Estultología o Ciencia de los Tontos, quien convalidó mi aportación del Tonto con Balcones a la Calle. Campmany profundizó en la conexa Estulticiología o Estultología Aplicada, que es a la Estultología como la Sociometría a la Sociología: la ciencia de clasificar tontos, observar su comportamiento, calcular el ITC (Índice de Tontos Contemporáneos) y el PIT (Producción Interior de Tontos). Ido Campmany, tengo por mi maestro en Estultología al embajador José Cuenca Anaya, quien sirvió al Reino de España en destinos tan decisivos como el Moscú de Gorbachov o el Palacio de Santa Cruz en tiempos de integración en la OTAN y en Europa. Cuenca es dueño de un bien escaso y valiosísimo: una prosa clásica, bien armada, asentada en Cervantes, con paladar de campo y pueblo, escopeta y perdiz. Perfecta. Quien quiera saborearla, lea sus libros «Sierras, perdices y olivares», «La Sierra caliente» o los recientes relatos de «La noche de bodas».

17 de septiembre de 2012

Puedo escribir los versos más tristes esta noche (P. Neruda)

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

7 de septiembre de 2012

Como cambian los tiempos

Al hilo de un excelente post que he leído hoy y que os recomiendo leer http://marisatieneunblog.wordpress.com/2012/08/28/el-sindrome-mary-poppins/ he recordado cuando siendo adolescente tambien tenía mis ídolos y lo mucho que me forjaron.
 
No cabe duda que los tiempos han cambiado una barbaridad, aquellos que tuvimos la suerte de disfrutar de la infancia y adolescencia en los 70's - 80´s poco tenemos que ver con los chavales que hoy están en esas edades tan conflictivas; bien es verdad que no disponíamos de los medios que hoy tienen a su alcance los jóvenes, pero por ello mismo aquellos años vinieron marcados por valores como la amistad, el trato personal, la imaginación, la necesidad de interrelacionarse cara a cara.. de los que hoy carece la juventud.
 

El desamor... y cómo hacerle frente

Fantástico e interesante artículo de Patricia Ramírez, muy ilustrativo:
 
Todas las áreas de nuestra vida se ven afectadas por el desarrollo: las telecomunicaciones, los hábitos de alimentación, aparición de nuevas enfermedades, la cultura y, por supuesto, las relaciones de parejas. Hasta hace poco tiempo los matrimonios se juraban amor eterno en el altar, para lo bueno y para lo malo. Hoy en día los cambios afectan tanto a los términos como a los contenidos de las relaciones de pareja. Ya se utiliza con más frecuencia el término "pareja", que se refiere tanto a los casados por la iglesia como a los casados por lo civil, a las parejas homosexuales, a las parejas que conviven sin más contrato que el verbal y a las que ni siquiera conviven bajo el mismo techo. Por otro lado el amor ha perdido el carisma de ser "eterno" para ser, en muchos casos un estado pasajero y cíclico, con una duración variable. Con mucha frecuencia las personas se enamoran, se quieren y pasado un tiempo se desenamoran, se separan y el ciclo vuelve a empezar cuando se conoce a otra persona de la que uno se vuelve a enamorar. Son muchas las veces que lo que en un principio parecía idílico e infinito, pasado un tiempo se acaba. Todo parece bien sencillo, sobre todo si pensamos que en una gran parte está influenciado por las sustancias que se secretan en nuestro cerebro y que cuando éstas van disminuyendo, también se produce una disminución del amor por la otra persona. El mayor problema parece estar en que el desamor no llega muchas veces a los dos miembros de la pareja a la vez. Casi siempre hay uno que toma la decisión de separarse, por el motivo que sea, y en muchos casos el otro vive la ruptura de una forma mucho más dolorosa, agonizante y hasta obsesiva. Los síntomas pueden ser tan intensos que lleguen a ser episodios de depresión, con llantos y tristeza extremos, desesperación, apatía, ansiedad y angustia, alteraciones del sueño, del apetito, etc. En cambio hay bastante gente que reacciona de forma racional ante la ruptura. Lo pasan mal al principio, pero como son capaces de pensar en positivo (tener la posibilidad de rehacer su vida, volver a retomar hábitos olvidados, hacer deporte, llamar a antiguas amistades que había abandonado, etc.) y aunque pasan por un mal momento, en sus mentes está "la vida sigue".